Abril de 2013.
Nos juntamos con Natalia en mi hogar, conversamos un par de cosas y rápidamente fluyeron las ideas. Ambos sabíamos que estábamos rayados de la cabeza y que además nos justa el blanco y negro. Las fotos no demoraron en salir, mucha risa, muchos lápices, mucha energía, casi todo fue un juego, como cabros chicos en el recreo del colegio.